jueves, 27 de mayo de 2010

LO QUE LE HEMOS HECHO AL MAR..

http://www.youtube.com/watch?v=PJwHha1u-PM

domingo, 16 de mayo de 2010

CULTURA E IDENTIDAD DESDE LA ÓPTICA DE UN JUEGO QUE INVOLUCRA LAS MASAS

Cuando nacemos no tenemos idea del mundo que nos espera ni lo que seremos, ni mucho menos del papel que desempeñaremos en la sociedad….

Esta primera reflexión nos invita a centrarnos en la quimera de lograr un mundo ideal, en donde el individuo inmerso en la sociedad mejore sus condiciones de vida. Sin embargo, esta empresa es particularmente compleja por cuanto la pluralidad de caracteres entre países, regiones y familia denota un amplio desafío que apenas comienza. Es necesario una perspectiva integral con un fuerte sentido de lo público y voluntad de inclusión y que el sistema político de un país, el nuestro por ejemplo, evite ser poseído por el libre comercio como dijo Woodrow Wilson: “ un país es poseído y dominado por el capital en el que se haya invertido”), pues estaríamos avocados a coartar nuestras libertades tal como sostiene Eduardo Galeano (periodista y escritor Uruguayo) : ”Cuanta más libertad se otorga a los negocios, más cárceles se hace necesario construir para quienes padecen los negocios”.

Entre los aspectos que han de tenerse en cuenta en materia de desarrollo y que permitan conseguir ese mundo ideal están la identidad como punto de partida de la interacción del individuo que está inmerso en una sociedad y a su vez es la responsable de la existencia de esta, tal como lo asevera Denkins 1996. Hay que destacar aquí, que la identidad está implícita en la cultura por cuanto la cultura (en sus variados matices) constituye el camino para que el individuo la desarrolle. Teniendo en cuenta la cultura como eje central de una sociedad con todos los procesos evolutivos que a ella atañen, pretendo ilustrar esos cambios con la ayuda del deporte estrella: el fútbol.
Consideramos entonces, que las dimensiones culturales del desarrollo humano hay que escrutarlas con detenimiento, ya que libertad cultural es inherente a la libertad humana1; he aquí que exista en la modernidad una marcada diferenciación, pues cada grupo o élite se especializa en un área. Es así como vemos que anteriormente para el caso particular del fútbol, solo era promovido, seguido por pocos grupos (segmentados por edades, género, clase social) en donde el sexo masculino dominaba su cultura. Sin embargo, en la modernidad comparando el primer mundial en 1930 con el que se realizará este año vemos que se promueve la libertad cultural como un parámetro primordial del desarrollo humano que trasciende a otras esferas tanto sociales, políticas y sobre todo económicas. Dentro de estos factores socioculturales vitales para el pleno desarrollo del hombre se encuentran entre otros la Educación y el Deporte.

Hablando entonces de deporte y específicamente de fútbol encontré que el tratar de indagar sobre su identidad cultural este no era un tema nuevo, antes por el contrario hay una variedad de autores que hoy día están inmersos en su mundo. Es por ello que compartiré esbozos de algunos analistas versados en materia futbolera.
Bien, uno podría imaginar que un deporte solo practicado de manera activa- participativa puede generar identidades colectivas que permita generar espacios de buena convivencia y esparcimiento; pero esto es solo una posibilidad dentro de esta cultura postmoderna caracterizada por la hipermercantilización e hiperracionalización que hace del futbol del espectáculo una red económica extensa y poderosa que, como se sabe, la FIFA es actualmente toda una multinacional, y la maraña empresarial ahí articulada es omnipresente2. Su articulación con los medios de comunicación masivos es tal que hoy en día, por ejemplo, uno puede pasarse días y días enteros viendo fútbol por TV: no sólo ya innumerables ligas (inter)nacionales, sino también múltiples campeonatos continentales, justas intercontinentales y por supuesto, una serie de noticieros y programas relativos, muchos de ellos a su vez articulados con/en la Internet, medio cuyo seguimiento implica, de acuerdo a Travis, toda una “realfabetización” cultural (Travis, 1998) 3 .
Hablar entonces de identidad social en el fútbol, es hablar del debate existente entre las identidades culturales versus las identidades de carácter universal.
En el fútbol podemos reconocer tanto identidades culturales particulares como metaidentidades o identidades universales. Vemos pues que en primer lugar tendríamos identidades por clubes, hablar por ejemplo Roma vs. Lazio, Celtic vs. Rangers, Inter vs. Milan, Boca vs. River, Espanyol vs. Barcelona, Pumas vs. América, etc. Quienes han tenido enfrentamientos y asesinatos entre hinchas y rivales. El entorno nacional tampoco es ajeno esta serie de bochornosas escenas en donde los hinchas o fanáticos van más allá de la fiebre del fútbol. Podría decirse entonces que una identidad colectiva como la del fútbol puede generar unas reacciones sociales en contravía del desarrollo humano cuando no son asumidas con responsabilidad las identidades individuales?...

Entonces la identidad futbolística tiene relación con diversas teorías sobre la “identidad social” y la “identidad cultural”. El tema de la “identidad” encuentra apoyo teórico en los aportes tales como la “Teoría de la Identidad Social”, inicialmente planteada en 1976 por Henri Tajfel y John Turner , sobre la base de tres ideas centrales:

Categorización: Las personas tendemos a categorizar los elementos de la realidad para entenderlos (aplicado al fútbol: amateur-profesional; formativo-competitivo; primera A - Primera B; defensa – enganches – puntas; Escuelas de Fútbol; fútbol rural; fútbol playa; etc.)

Identificación: Nos identificamos con los grupos a que creemos pertenecer. Al pensar en nosotros como miembros de un grupo se le define como identidad social (aplicado al fútbol: soy junior; soy América; soy Nacional; etc)

Comparación: Nos vemos igual que los demás miembros de un grupo. (aplicado el fútbol: somos de la Garra Blanca; somos del once; Somos americanos…) Nos comparamos con los demás grupos.


Fútbol pues no significa solo un balón y 11 jugadores, es una cultura que va más allá del terreno de juego afecta las multitudes y que los acerca a unas identidades colectivas que pueden considerarse inestables porque pueden desencadenar infinidad de conductas.
Al mismo tiempo es un deporte que despierta sentimientos, que traspasa las barreras sociales, cronológicas, de género, geográficas, que llega a todos los rincones gracias a la atmósfera mercantilista que hace parte de la globalización y que se convierte en distractor oportuno de países o regiones que atraviesan situaciones complejas de gobierno; al fin y al cabo el fútbol es pasión.
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2 Sobre el fútbol y la economía ver, por ejemplo, Brohm (1999), Nys (1999), y sobre la “cara sucia” de esa economía De Brie (1996).

Antezana J., Luis H.. Fútbol: espectáculo e identidad. En publicacion: Futbologias: Futbol, identidad y violencia en America Latina. Pablo Alabarces. CLACSO, Buenos Aires, Argentina. 2003. ISBN: 950-9231-86-X

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2 Sobre el fútbol y la economía ver, por ejemplo, Brohm (1999), Nys (1999), y sobre la “cara sucia” de esa economía De Brie (1996).